(He encontrado este post que escribí en Julio 2012 y que nunca publiqué. Hoy, que tengo la mente puesta a miles de kilómetros de aquí… os lo dejo por si os apetece echarle un vistazo a mi pequeño paraiso y recordar los colores y los olores del verano.)
Tengo cuatro pilares que sustentan mi vida: mi familia, mi trabajo, mis amigos y Aguarriba. Aguarriba es el nombre del “Sitio de mi recreo”, aunque en mi caso, a diferencia de la canción, no hay un ápice de melancolía asociado a este lugar. Aguarriba es pura alegría.
Cuando mi santo y yo decidimos “juntar meriendas” y formar una familia, teníamos claro que haríamos lo que hiciera falta para poder tener un trocito de campo no muy lejos de Madrid. Recorrimos las zonas cercanas a Madrid… y también otras zonas ya casi lindando con Portugal, tal era nuestra ilusión!. Vimos de todo y durante muchos años. Así que, cuando visitamos Aguarriba por primera vez (nunca te estaremos lo bastante agradecidos Tio Moi!), tuvimos clarísimo que esa, y ninguna otra, era la finca que estábamos buscando. Tanto es así, que vendimos nuestra casa en Madrid para comprarla. Y no nos hemos arrepentido jamás!
Aguarriba es el lugar donde mi santo y yo somos felices en toda la extensión de la palabra. Mi santo tiene su campo y yo tengo mi jardín. Nuestras dos aficiones unidas.
Y nuestra hija, sus primos y Bala (nuestra podenca andaluza) tienen todo el espacio del mundo para ir de expedición! No sabemos cuánto durará, pero afortunadamente Angélica también es feliz aquí y no puede haber vacaciones mejores para ella que las que pasamos juntos en Aguarriba.
Pasar cinco días a la semana en Madrid y dos aquí es la combinación perfecta. Aquí no tenemos cobertura, estamos aislados de todo y la vida es fácil y sencilla. Nos relajamos, desconectamos y nos transportamos a otro mundo. Es nuestra mejor terapia: estar en contacto con la naturaleza, tener estas vistas, estar rodeados de una flora y fauna genuinamente silvestre y salvaje, de estos sonidos, de estos olores…Qué lástima ser tan torpe con la palabra y no poder transmitir con precisión lo que estoy viendo, oliendo y escuchando ahora mismo (son las 9 am y estoy en el porche en bata y camisón, mientras los demás duermen) porque es sobrecogedor.
La casa es pequeña. Y decidimos mantenerla así. Era una antigua nave de ganado de piedra con una pequeña estancia con chimenea y polletes para dormir. Tuvimos que rehacerla por dentro, pero mantuvimos su estructura y su ubicación. Le añadimos un porche casi más grande que la casa (desde donde escribo estas líneas) y proyectamos un jardín, una huerta y una alberca, que hemos ido haciendo poco a poco, con mucho trabajo y mucha ilusión. Otro día os la enseño por dentro!
En el fondo lo que soy es una jardinera frustrada. Debe ser mi herencia anglosajona! Y aquí tengo mi campo de experimentación. Tengo todos mis libros, todos mis archiperres, todas mis semillas y mis cientos de revistas (Gardeners world, Garden Illustrated and The English Garden). Solo me falta el invernadero, pero todo llegará!
Y desde aquí me gustaría rendir mi pequeño homenaje a mi Santo. Si no fuera por él, nada de esto existiría. Es el mejor guarda, fontanero, mecánico, chófer, cocinero, animador y padre que conozco. Gracias Habibi, for dreaming with me with no fear!
Espero que os haya gustado el “Sitio de Nuestro Recreo”!
XXX,
S.
(Imágenes propiedad de The Workshop Flores)